Lo esencial es invisible a los ojos,solo se ve con el corazon.

El que no es capaz de ver con el,nunca sera capaz de ver la verdadera esencia de las personas y por lo tanto sera el peor de los ciegos aunque pueda ver el paisaje,
pues la verdadera esencia de cada persona se oculta en ese luegar que no se puede ver con los ojos sino desde el fondo de algun luegar recondito,escondido dentro de cada uno de nosotros

EXCELENTES NOTICIAS! :D


Bueno, hoy, es un día realmente IMPORTANTE para mí. Me levanté esta mañana pensando que todo sería como día a día. Nunca sabes cuando la vida te puede sorprender porque en cuestión de segundos este día se ha tornado especial por el simple hecho de abrir un sobre.
He recibido hoy una notificación para autorizar la publicación de uno de mis poemas en la antología "Ritmo-a-poesía. Versos del sur"
¿Mi reacción? GRITAR! no puedo expresar lo que he sentido y la emocion que me ha dado saber que por primera vez desde que tengo memoria, parte de mi sueño se cumplirá. Voy a estar en una libreria colocada, junto con otros escritores, muchos de ellos amigos míos, y han seleccionado mi poema para que el resto del mundo lo conozca.
¿Puede haber algo mejor para empezar? Yo creo que no.
Este es el comienzo de mi sueño. :)

Hoy es día de recomendaciones.

En primer lugar, hoy no vengo a postear fragmento alguno de mis cosas, hoy vengo como lectora y fan a recomendar algunos autores y blogs, que estoy segura que van a saber apreciar.

A destacar, Érika Gael, ha publicado escasamente hace un mes su primera novela "Faery" y la gente ya habla de escritora revelación. Todo un hallazgo que no podeis perder. ¡Corred! Que oí por ahí que los libros vuelan :)
Además de su novela, recomiendo un relato corto suyo que recien termine de leer y quedé totalmente enamorada, aquí os dejo el link, tanto de su blog como de el site para descargar el relato corto que se titula "Alfileres en el corazón"

http://www.scribd.com/doc/28095338/Alfileres-en-el-corazon-Erika-Gael

y para saber más de ella solo tenéis que pasar por su blog
www.erikagael.com

Realmente recomiendo a esta escritora porque personalmente, espero muy buenos proyectos de ella. Y espero, deseo, poder tener el placer de coincidir con ella el aguna feria del libro o por soñar, hacer una colaboracón literaria con ella :)
¡Felicidades Érika! :)



Bueno, hoy era día de recomendaciones y para terminar dejo algunos de mis sites por si quieren encontrarme para lo que deseen, dudas, preguntas, amistad, charlas literarias o incluso para decirme que me retire ya de escribir porque no tengo futuro alguno jajajaja, se acepta de todo

Aquí mi página de facebook (no es mi perfil, sino mi pagina dedicada a mis libros)
http://www.facebook.com/pages/maaCks/107798519255666

Mi twitter, aunque ya podrán verlo en el lateral
http://twiiter.com/maaCks_

Y mi email, que momentaneamente solo uso para correos
macasoleralba@hotmail.com

Tengan un estupendo fin de semana y no dejen de leer. Los lectores son, somos, el futuro de los escritores.

Una de mis partes favoritas de PPC :)



Natasha salió nerviosa del cuarto y pensó en escapar en cuanto sus ojos se posaron en la puerta principal, pero seguramente él la encontraría. Siendo policía lo que menos le costaría sería investigar el paradero de una persona, y habiendo pasado ya tiempo con ella no le costaría ni un ápice reconocerla.
Caminó de lado a lado del recibidor y sintió su estómago quejarse con un crujido que resonó en toda la estancia. Hugo, si no recordaba mal, había dicho que podía comer y además a nadie se le negaba un poco de pan ¿no?
Buscó por cada puerta de la casa hasta que por fin dio con la cocina y entro. Era una habitación de grandes dimensiones con electrodomésticos en color plata y una mesa igualmente plateada en el centro que a simple vista se veía que debía estar nueva, posiblemente porque Hugo comía en el fregadero o simplemente fuera de casa.
Se adentró despacio a través del lugar y sin saber por dónde empezar se dirigió hacia el frigorífico plateado y lo abrió. Los ojos se le iluminaron ante la visión. Había una montaña de comida y entre esas cosas, algunos de sus alimentos favoritos. De nuevo sintió ganas de llorar ante la perspectiva de no tener que discutir por el cotidiano hecho de compartir un mendrugo de pan, pan duro.
Sin pensárselo dos veces cogió una bolsa de pan de molde blanco y algunos paquetes de fiambre. El olor llenó sus fosas nasales y sintió su boca salivar. Logró controlarse y cinco minutos mas tarde tenía ante sí un suculento sandwich de tras pisos con lechuga, pavo, queso y un poco de mayonesa. Natasha se quedó mirando fijamente al plato y sonrió de manera traviesa pensando que estaba sola en aquel lugar y nadie la vería comer de manera apresurada a causa de su horrible hambre. Cogió el pan con las dos manos y abrió la boca desmesuradamente. Estaba a unos centímetros de hincarle el diente a aquel manjar cuando escuchó un ruido suave a su espalda y se asustó. Soltó en sandwich de repente y volvió la vista a su espalda. No vio nada hasta que el ruido de nuevo le llegó a los oídos y supo identificar su lugar de procedencia. En la ventana emplazada encima de la vitrocerámica había una jaula de color blanco con un precioso pajarillo del mismo blanco inmaculado de la jaula con un gracioso y llamativo pico de color naranja. Lo miró con el ceño fruncido durante unos minutos y después se acordó de la nota que le había dejado Hugo sobre la mesa:

Tú...¿Tú eres Charlie? - preguntó mirando al animal, que nada mas escuchar su voz comenzó a revolotear dentro de la jaula.

Natasha se echó hacia atrás por instinto propio al ver la reacción de aquel pájaro y se quedó mirándolo sorprendida, hasta que cayó en la cuenta de que había intentado que un pájaro le contestara:

Seré estúpida, le estoy hablando a un pájaro. Como si él me fuera a contestar. - se rió y seguidamente oyó al animal de piar.

Estaba mirándola fijamente y seguía piando como respondiendo a su pregunta. Natasha lo miró de nuevo y soltó una carcajada. Realmente era un animal muy inteligente, seguramente Hugo lo tendría amaestrado.
Tras quedarse un rato mirándolo y jugando con él metiendo y sacado los dedos entre los barrotes de su jaula, el pájaro comenzó a piar fuertemente y a abrir las alas como queriendo volar.
Natasha lo miró con la mejilla apoyada en su mano derecha y se sintió identificada con él. Ella también había sido cruelmente privada de su libertad y en muchas ocasiones había querido salir volando como Charlie estaba intentando hacerlo ahora, pero nunca había tenido la oportunidad...hasta ahora. Resultaba extraño sentirse identificada con un animal, pero eso era lo que a Natasha le pasaba.
De repente tuvo una idea. Seguramente no debería pensar en tocar nada sin el permiso del dueño de la casa, pero no pudo evitar sentir compasión por el pajarillo y sus ganas de volar libre. Sin pensárselo dos veces se levantó del taburete plateado donde había estado sentada y se puso frente a la jaula buscando el mecanismo que abriera la diminuta puerta de barrotes, tan similar a una prisión, como en la que ella había estado. No tardó mucho en encontrarlo y cuando lo hizó, tiró de la pequeña pestaña hacia afuera y abrió la puerta de la jaula de par en par dándole a aquel animalillo la tan ansiada libertad.
Esperó a que el pájaro se moviera pero no lo hizo, se limitó a permanecer dentro de la jaula sin ni siquiera pestañear.

¡Venga! ¡Vuela pequeñín, eres libre! - le instó.

Charlie siguió sin moverse y cuando Natasha ya se disponía a cerrar la jaula dándose por vencida, el pájaro salió y sobrevoló la cocina. Ella lo miró con los ojos abiertos de par en par y con una enorme sonrisa en los labios. Aquel animal tenía un vuelo precioso y a pesar de si reducido tamaño, era increíble ver el espectáculo que suponía el despliegue de sus alas

¡Sí! - Natasha aplaudió. - Muy bien lindo, ahora corre, vete. - abrió la cortina de la ventana donde había estado situada la jaula.

Natasha no pudo más que mirar boquiabierta al animal cuando este, en vez de salir volando por la ventana abierta, se posó en la encimera y fue dando pequeños saltitos hasta que se subió a su mano. Charlie agachó su pequeña cabeza y en un cariñoso gesto acarició la parte superior de sus dedos con el pico y las plumas.
Ella puso la mano con el dedo índice extendido para darle más facilidad al animal y este, como entendiendo su gesto, se subió a su dedo y comenzó a piar alegremente. Natasha sonrió ante la imagen que se estaba dando ante sus ojos y no supo que hacer, solo acercó al pájaro a su cara y lo miró expectante y emocionada. Charlie abrió un poco las alas y con sus característicos saltitos avanzó un poco hasta que quedó a pocos centímetros del rostro de Natasha, pió una vez más y unió su gracioso pico a los labios de ella.
Natasha miró al animal con los ojos abiertos de par en par por lo que acababa de pasar y tras asimilar la comprensividad del animal, que parecía saber si situación e intentaba darle consuelo, sonrió abiertamente. Extendió la mano y acarició suavemente la cabeza del animal con el dedo corazón. Charlie, contento por el contacto, cerró los ojos y frotó su cabecita contra la mano de Natasha.
Ella se quedó un rato más acariciando al animal y hablándole. Sorprendentemente el animal parecía escucharla atentamente y cada vez que se le escapaba alguna lágrima piaba y abría sus alas, no sabía si regañándola para que no lo hiciera, o simplemente para hacerla reir.
Mirando por la ventana de la cocina, que seguía abierta, vio el paisaje del lugar donde Hugo vivía. Un precioso vecindario donde lo que más destacaba era la cantidad de niños que se podía ver en la calle, bien jugando a la pelota, con sus bicicletas, o a algo tan clásico como era la comba, o el elástico. Sonrió y pensó cuánto le gustaría poder vivir en un sitio como ese. Su relación con Charlie parecía ir por buen camino y el animal tenía la capacidad de darle calma y paz en los momentos en los que preferiría salir corriendo. Pensó por un momento en lo tranquila que sería su vida ahí, pero sus pensamiento y recuerdos, como queriendo torturarla, le recordaron la razón por la que seguramente estaba allí, un policía corrupto con ganas de saldarse una deuda. Como una tonta había pensado que a pesar de su horrible experiencia a causa de su ingenuidad, quedaba personas que se compadecerían con ella y querrían ayudarla. Pero...¿a quién quería engañar? Como bien dijo alguien un día, nada en esta vida es gratis. Y estaba a punto de comprobarlo con su “salvador”




Para cualquier contacto: macasoleralba@hotmail.com (solo correos)

Cap.1 - "Una muerte en cada puerto"


Oscuridad.
Intentó abrir los ojos, solo para darse cuenta de que ya los tenía abiertos. Una inmensa y desconocida oscuridad la inundaba dejándola en un estado de desorientación total. De indefensión.
Se levantó del suelo a tientas, palpando los ladrillos de la mohosa pared en la que se había despertado apoyada. Más oscuridad.
Sus nervios comenzaban a aflorar, las palmas de las manos le sudaban y el corazón amenazaba con salírsele del pecho sin previo aviso. Había algo en ese lugar que no le daba buena espina. Tenía razón.
A lo lejos se oyó un grito agudo. Un grito de dolor. De desesperación.
A ella se le erizaron los vellos de la nuca, el corazón le latía a ritmo acelerado e inconscientemente las lágrimas resbalaban por sus mejillas a causa del miedo y la inseguridad que sentía en la boca del estómago.
Estaba en peligro. Lo presentía.

Más gritos, esta vez seguidos por aullidos de dolor, quejidos y llantos.
Presa del pánico comenzó a correr en la oscuridad sin darle importancia a tener un tropiezo contra un muro o un abismo. Corrió. Inconscientemente los gritos salieron de su boca pidiendo ayuda y las lágrimas salían ahora a borbotones de sus ya enrojecidos ojos.
De pronto un muro infranqueable se cruzó en su camino haciendola caer de culo al suelo. Ella seguía llorando y gritando. Y la ayuda siéndole negada.
Comenzó a dolerle la cabeza, un punzante dolor en la sien derecha le arrancó un gemido de dolor. Comenzó a masajearse ambas sienes con la yema de los dedos en un vago intento por mitigar el dolor que le laceraba, cuando la oscuridad la inundó de nuevo, sumiéndola en la inconsciencia.
Cuando recuperó la consciencia, tuvo miedo. No quería abrir los ojos por temor a encontrarse en la misma oscuridad que al principio. Palpó el mugroso suelo de aquel desconocido lugar sin éxito en descubrir dónde se encontraba.
No quería abrir los ojos. Pero debía.
Poco a poco abrió los párpados, solo para encontrarse en la misma oscuridad que antes. Un grito de dolor brotó de su garganta, seguido de una nueva tanda de lágrimas involuntarias.
Respiración agitada, sudores fríos, presión en el pecho. Necesitaba salir de ahí cuanto antes, pero era incapaz de moverse. Se tiró del pelo en un intentó por reaccionar, y así fue. Levantó su cuerpo del frío suelo de piedra y comenzó a correr, sin pausa y con mucha prisa.
Sus gritos de auxilio no cesaban, y por fin parecieron dar resultado. Llegó hasta un largo y ancho pasillo de baldosas grises iluminado apenas por la tenue luz de una bombilla, que prometía fundirse en el momento menos esperado.

¿Hola? – preguntó ella con la voz rota por el miedo.

No hubo respuesta.

¿Hay alguien aquí? – volvió a decir con la esperanza de recibir una respuesta, por corta que fuera.

El silencio seguía invadiendo la estancia, solamente perturbado por el goteo de un grifo que le daba al pasillo el más macabro de los aspectos.
Ella miraba a todas partes, se sentía desprotegida.
De repente una sombra negra pasó por el final de pasillo. Su corazón dio un vuelco de 180 grados, no sabía exactamente si de miedo o de emoción por ver una posible salida.

¿Hola? – dijo con un tono más esperanzado.

La sombra volvió a cruzar ante sus ojos para desaparecer por el final del pasillo y continuar por unas escaleras. Ella fue detrás, presa de una desesperación indescriptible. Quiso correr, pero sus miembros no respondían. Solo pudo dar pequeños pasos, que se hicieron eternos.
A mitad del pasillo, las punzadas en las sienes volvieron, esta vez con más intensidad que antes. Un grito salió de su boca resonando contra las paredes del pasillo, extendiéndose en un infinito eco por aquel infernal pasillo.
Un millar de imágenes comenzaron a aparecer frente a sus ojos cerrados.
Un pasillo.
Una barca.
Gente desconocida.
Una clase.
Gente alborotada.
Una playa de aguas oscuras.
Una misteriosa figura vestida con una túnica negra que le tapaba desde la cabeza hasta los pies.
Todas las imágenes pasaban por su cabeza como flashes, lo que dificultaba su identificación y hacia el dolor de cabeza aún mas insoportable.
Gritos y gritos de desesperación y auxilio salían de su boca, sin nada para poder mitigarlos.
Gritos y más imágenes flasheadas. Y más gritos. Con un último grito final ella despertó empapada en sudor levantándose de la cama de su habitación con un salto. Miró a todas partes en busca de algo, pero no había nada. Cuando por fin comprendió que todo había sido una pesadilla, ser rió de su propia angustia debido a una simple pesadilla.

Debe ser por que comí chucherías azucaradas antes de dormir. – se dijo a si misma.

Se secó el sudor de la frente, que le caía en minúsculas gotas y apoyó la cabeza en la almohada, repitiéndose mentalmente que solo había sido un sueño. Cerró los ojos, volvió a reírse y se giró de costado debajo de las sábanas.

Solo ha sido una pesadilla. – dijo riéndose mientras cerraba los ojos para volver a dormirse.

¿Sólo una pesadilla?


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